El amigo alemán
hace ya una eternidad, el entonces Primer ministro británico David Cameron anunció la convocatoria de un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión europea – lo que acabaría conduciendo al triunfo del Brexit el 23 de junio del 2016 –, en el continente la iniciativa fue recibida con enojo e irritación. ¡Un nuevo chantaje de Londres! El peligro de salida de Quien fuera jefe de Gobierno con François Mitterrand reprochaba con dureza a los británicos todos los osbtáculos que había puesto sistemáticamente a lo largo de décadas para impedir avanzar a la UE. Su partida, soñaban Rocard – y otros –, permitiría por fin reventar el cerrojo. Michel Rocard llegó a ver cómo los británicos votaban a favor del Brexit, pero poco más. Murió tan sólo nueve días después. Lo que no ha podido ver es hasta qué punto los bloqueos que paralizaban Europa se mantienen estando ya el Reino Unido con un pie fuera. El « Doctor No » se va. Y ha dejado al descubierto al « Doktor Nein »… El Reino Unido, interesado únicamente en el mercado único, siempre frenó la profundización del proyecto europeo. Francia fue tradicionalmente uno de los motores, pero tras el fiasco del referéndum de la Constitución europea del 2005, quedó durante mucho tiempo incapacitada para adoptar nuevas iniciativas. Hasta la llega de Emmanuel Macron al Elíseo, hace ahora un año, París intentaba no forzar demasiado la máquina. Entre unos y otros, Alemania podía exhibirse como el guardián del espíritu europeísta. Si no se avanzaba, podía alegarse, era porque Londres y París mantenían tensas las bridas.
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